Monologo: ¿soy blanca y nieves?  

Posted by Erina in ,

En el centro del escenario hay una mesa y una silla

Blanca nieves: (entra en escena con paso firme. Se sienta en la mesa y apoya los pies en la silla) no me voy a presentar, ya todo el mundo me conoce gracias a Disney, que ha manchado mi nombre al venderlo como modelo para mocosas.
Si-si, soy Blancanieves; pero no la que ustedes recuerdan por esa historia cursi. No, yo soy la de verdad. La mejor prueba es que estoy aquí, frente a ustedes. Ya saben, ver para creer.
Pero me cansé, por eso vine hoy. Existen muchísimas versiones de la historia de mi vida, pero ninguna es cierta. Hoy voy a revelarles la verdad.
(Hace una pausa e inspira profundo)
Para comenzar por el comienzo, les diré que mi madre me llamó blancanieves cuando aun estaba en su vientre, me puso así porque creyó que me parecería a ella: “blanca como la nieve” pero murió en el parto y no pudo saber que me parezco a mi padre que no era tan blanco.
Unos años después el se casó con una mujer muy bella, más o menos cuando tenía diez… cuando yo tenía diez por supuesto. Ella era… no era desagradable. Eso hasta que mi padre murió también, unos cinco años después. Entonces se volvió fría y nunca más se preocupó por mí.
Crecí con solo la compañía de mis criadas y por suerte viví. ¡Hasta que me echó de la casa! Sip, a los quince yo estaba sola y sin hogar. Así que no me quedó más que vagar por ahí.
Y logré llegar cerca de una mina; mina de minería; allí me encontré con los “enanos”. Eso fue completamente una invención de locos. No es que fueran hombre altos, pero tampoco eran enanos; simplemente eran siete trabajadores de la mina que me vieron sola y quisieron llevarme con ellos. ¿Se imaginan a una chica como yo con unos tipos como ellos? Obviamente sus intenciones no eran las mejores. Así que tuve que declinar y huí lo más rápido posible.
Logré llegar hasta una tienda de verduras que se hallaba cerca del lugar, lo atendía una viejecita que me miró asustada cuando me escondí a su lado tras unas cajas de frutas. Pero logré que pasaran. Y luego tuve que darle las explicaciones a la señora, por que es lógico que se asustara si una extraña llega de la nada a esconderse a su lado, ¿no? Pero además parece que notó que llevaba caminando un buen rato, por que me regaló una manzana. Si-si, ya saben, la manzana “envenenada”, esa que en unas versiones me duerma y que en las otras me mata. Esa que en unas se cura con un beso y que en otras con un golpe. Y es precisamente la segunda versión la que está más cerca de la realidad.
Tenía tanta hambre que comencé a comer la manzana muy rápido y me atoré con un trozo, obvio. Fue entonces cuando lo conocí, a mi príncipe: Un Guapo gerente de las minas al parecer me había escuchado toser y vino a mi rescate. Con la Maniobra de Heimlich logró salvarme la vida y luego se hizo cargo de mí.
Genial, ¿no? Y bueno, supongo que ahora ven que todo tiene sentido, que hay una explicación para todo lo que sucede. Incluso para los cuentos fantásticos. Y es que no podía quedarme de brazos cruzados sabiendo que se cuenta por ahí una historia falsa…de mi vida. Ahora ya lo saben, lo lógico.
(Se pone de pie y se quita el cintillo)
Pero, ¿saben? Hay quienes me han tratado de loca por contarles esto; y ustedes ¿me creen? (sigue hablando mientras se saca en vestido hasta quedar con ropa de la época actual). Yo no estoy loca, yo soy simplemente una niña aburrida que cuenta historias increíbles. Y eso que se me acaba de ocurrir.
Lo verdaderamente interesante sería que alguno de ustedes me haya creído. ¿Le digo algo? Si eso fue así, tiene que preocuparse, porque aquí el loco sería usted.
(Sale de escena)



Fin

This entry was posted on martes, 24 de agosto de 2010 at 20:44 and is filed under , . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

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